La deshidratación del caballo.

El caballo suda con facilidad, de esta forma ha sido dotado para tener la capacidad de bajar su temperatura con eficacia cuando trabaja. Sin embargo, cuando suda, pierde sales y minerales, por lo tanto, cuando hace calor y humedad, su sistema de control de temperatura puede verse perjudicado.

Imagen: thehorse.com

Si el caballo viaja a un clima más cálido o si hace calor antes de que pierda el pelo de invierno, puede aparecer la deshidratación de manera repentina. Este tipo de deshidratación no está asociada al nivel del trabajo tanto como a lo que suda el caballo. A partir de 25º grados centígrados el sistema nervioso del caballo inicia la reacción de sudar automáticamente. El caballo puede sudar durante su trabajo pero también suda con facilidad durante los viajes.

La deshidratación surge cuando un caballo pierde agua más rápidamente de lo que la puede reemplazar. La cantidad de sudor que pierde depende del caballo, la cantidad de trabajo, la temperatura y humedad del ambiente, la raza del caballo, su nivel de forma física y si está en un peso adecuado.

Si la deshidratación no se previene o no se trata correctamente, con tan sólo un 3% de perdida de líquidos, quedaría afectado el rendimiento competitivo y si el problema empeora hasta llegar a un caso agudo podría causar espasmos musculares, diarrea, falta de coordinación e incluso la muerte.

Cuando se habla de la deshidratación de caballos, se mide el nivel de deshidratación por la pérdida de peso del animal. Dado que una perdida del 5%, o sea aproximadamente 30 kilos de peso es difícil detectar, no se suele prevenir a tiempo el problema y el caballo sufre ligeros niveles de deshidratación y el jinete sólo nota que este no está en su mejor momento, sin poder saber muy bien que pasa.

Se puede pellizcar la piel en el hombro o observar la rapidez que vuelve el color de las encías después de apretarlas para determinar si el caballo está deshidratado. Si la piel no vuelve a la normalidad rápidamente o si el color de las encías es más pálido que de costumbre, el caballo está deshidratado. Si empeora la situación, el pulso aumenta, hay menos fluido de sangre, es más viscosa y el corazón tiene que trabajar más para hacerla circular. Este trabajo excesivo empeora la situación de fatiga. En esta situación hay que re-hidratar al caballo rápidamente.

También se puede confirmar si el caballo está deshidratado utilizando un análisis de sangre pidiendo información sobre el nivel proteínico y el PCV. Los resultados de la prueba de sangre tardan tanto que no sirven de mucho en casos agudos, sin embargo, es interesante hacer un seguimiento y prevención para el caballo importado o el caballo de RAID o carreras, dado que estos tienen cierta tendencia a sufrir deshidratación a niveles ligeros constantemente.

Los minerales son la cantidad más pequeña de cuantos componentes hay en el cuerpo y sólo son una mínima fracción de la dieta; pero son esenciales para garantizar la salud del caballo. El papel de los minerales es asegurar el mantenimiento de la homeostasis corporal (controlada por los riñones) y la transmisión de los impulsos electroquímicos utilizando los nervios y músculos. Los electrolitos proporcionan un equilibrio entre las cargas positivas y negativas que son necesarias para la gran mayoría de los procesos celulares. Funcionando de esta manera, controlan el movimiento y equilibrio de los fluidos.

No es igual la concentración de electrolitos en la sangre que en el sudor. El sudor del caballo es hipertónico o sea, que hay más electrolitos en el sudor que se encuentra en los fluidos que circulan en su cuerpo. El sudor de los seres humanos es hipotónico, que quiere decir que la mayor parte de los electrolitos quedan en los fluidos corporales. Por esta razón, los científicos han tenido que establecer protocolos específicos para caballos cuando se les proporcionan electrolitos. En este campo de investigación no se puede aplicar pues la información que tenemos sobre los seres humanos.

Hay cierta polémica entre los investigadores sobre la composición del sudor del caballo. Lo que es cierto es que hay variaciones marcadas debido a la dificultad en hacer pruebas y coger muestras de sudor. En este momento, está aceptado que contiene niveles altos de sodio, potasio y cloro y concentraciones pequeñas de calcio, magnesio y fosfato. El Síndrome de Fatiga es, en este momento, definido como una pérdida de fluidos y electrolitos en conjunto con una falta de energía. Se complica la situación si hay extremos ambientales como altas temperaturas y humedad.

Si el caballo tiene los siguientes síntomas, debe llamar urgentemente a su veterinario:

  • Si parece desorientado con perdida de interés en su entorno
  • Si las mucosas están secas y pálidas
  • Si no tiene ni hambre ni sed
  • Si no orina
  • Si padece espasmos musculares
  • Suplementos con Electrolitos y El Manejo

Hay un sin fin de electrolitos disponibles en el mercado. El primer ingrediente en muchos de estos productos es la dextrosa, o sea el azúcar. Este tipo de suplemento es apropiado para el caballo en recuperación de alguna enfermedad o lesión. Sin embargo, para ayudar al caballo que necesita recuperarse por la pérdida de sudor, hay que proporcionarle sal, (sodio y cloro) como primer ingrediente.

Es difícil averiguar cuales son los suplementos con electrolitos más apropiados. Un caballo debe recibir un electrolito si suda durante mucho tiempo o durante periodos cortos varios días seguidos. El tratamiento más fácil es añadir un cucharón de sal gorda en cada pienso cuando empieza la temporada de calor y luego proporcionar media dosis o una dosis entera de electrolito también en el pienso todos los días si trabaja fuerte y suda. El caballo recibe lo que necesita y lo que no necesita se elimina por la orina, sin hacerle daño alguno. Hay que buscar un electrolito que le guste al caballo y lógicamente es más económico comprarlo en botes suficientemente grandes como para que aguante toda la cuadra la temporada completa.

Como siempre, hay que leer la etiqueta. Si un electrolito contiene más del 15% de azúcar, se está comprando azúcar, ¡no un electrolito! El caballo puede comer mejor el suplemento que contiene azúcar, pero esto es un engaño. El suplemento puede ayudar al caballo, pero no es suficiente para un caballo en trabajo fuerte o que sude mucho. Si el caballo no toma bien un electrolito, hay que buscar uno que le guste o que se pueda meter en jeringa para administrar por la boca con puré de manzana o yogurt. Así se puede asegurar que toma la dosis.

Prevenir con la Dieta Adecuada.

En un estudio controlado, hecho con 18 sementales PRE con pesos y trabajos similares en La Real Escuela de Arte Ecuestre de Andalucía en Jerez, se comprobó que el nivel de fibra que recibía el caballo en su dieta era clave para prevenir la deshidratación. El grupo de caballos que recibieron una dieta más baja en fibra reflejaron señales de deshidratación durante todo el estudio con un seguimiento formal a través de análisis de sangre (valores de PCV y proteínas, niveles de calcio, sodio y potasio en serum). Cuanto más forraje y pienso alto en fibra consumieron los caballos, menos señales directas de deshidratación demostraron.

Hay Otras Maneras de Prevención.

Hay otros pasos que podemos dar que previenen la deshidratación. Si el caballo trabaja fuertemente, los lavados con esponjas pueden bajar su temperatura rápidamente. Todavía mejor es lavar con una manguera hasta que salga el agua fría del cuerpo del caballo. En la Olimpiada de Atlanta de 1996, se inventó un túnel de aspersores que emitían una lluvia de agua fina y bajaba la temperatura del caballo de inmediato. Los caballos de Completo terminaron el cross y podían pasar el túnel a galope o trote antes incluso de que bajase el jinete. Este tipo de aspersor ya es común en los concursos internacionales hoy en día.

Ojo con donde se moja.

El grupo muscular más grande del caballo está en la grupa así que nunca se debe echar agua fría ahí, porque puede provocar espasmos musculares. Lo mejor es pasar la esponja en las zonas más venosas cerca de la superficie como el cuello y piernas. Se puede echar agua a la panza y entrepiernas pero no se debe enfriar rápidamente el dorso ni la grupa.

¿Cómo, Cuanto y Cuando?

La cantidad de suplemento a administrar, varía con la cantidad de fluido que se pierde. No hace falta reemplazar los electrolitos en la misma proporción que se pierden. Pero si suben las temperaturas, hace falta aumentar el nivel de electrólitos para asegurar que el rendimiento del caballo no esté afectado.

Cuando se habla del caballo de RAID, normalmente se intenta reemplazar la mitad de la estimación del electrolito que se pierde. No es fuera de lo normal proporcionar al caballo 60 ml de un electrolito al principio y en cada “vet gate” cuando hace calor. Si la carrera es de 80 kilómetros, quiere decir que va a haber unas 3 paradas y si es de160 kilómetros habrá unas seis paradas. La dosis llega a una media de 30 ml por hora que es aproximadamente la mitad de lo que va a perder un caballo cuando trabaja a nivel moderado.

El hecho de que reemplacemos sólo una parte de los electrolitos perdidos quiere decir que el caballo termina cada carrera con una falta en sus reservas de minerales. Hay que seguir reemplazando electrolitos y dejar al caballo un tiempo para que se recupere antes del siguiente esfuerzo.

El caballo de RAID sufre más con el calor porque su sudor no se evapora del todo y esto alarga el tiempo necesario para bajar su temperatura. El caballo queda mojado mientras trota y galopa y la humedad en el ambiente puede empeorar el problema, pues el pelo mojado del caballo actúa como un aislante y mantiene la temperatura del caballo demasiado alta. Cuando el caballo suda, pierde fluidos y electrolitos, igual da que sea el sudor como agua o como espuma blanca, en ambos casos el animal está deshidratándose.

Si el caballo trabaja intensamente con calor y humedad, puede perder más de 15 litros de sudor por hora. Dentro de este sudor, se pierden unos 30 cucharones de sales corporales.

¿Y porque no bebe?

A veces los caballos no beben las cantidades que necesitan y esto en si ya causa la deshidratación. Cuando un caballo está suelto, su reflejo natural es hundir el morro y beber hasta la saciedad. Si el bebedero es pequeño, tiene que hacer más esfuerzo y a veces deja de beber antes de tiempo. También, en el caso de tener un corte en la lengua o en la boca, o un diente partido, beber agua puede resultar doloroso.

El caballo deshidratado en muchas ocasiones no bebe porque no le apetece. Cuando el caballo no está deshidratado y necesita agua, hay un reflejo causado por el equilibrio de electrolitos en su sangre que le hace tener sed y querer beber. La concentración de sodio en la sangre causa sed. Si el caballo suda poco, no hay una pérdida importante de electrolitos, el organismo reconoce la falta de agua e intenta reequilibrar el nivel de electrolitos y reemplazar los fluidos perdidos. Cuando se suda mucho, se pierde agua y sales y se desequilibra el nivel de sodio, así que, el caballo no bebe aunque esté deshidratado.

No se debe proporcionar electrolitos cuando el caballo ya está deshidratado. Si se da electrolito a un caballo seriamente deshidratado, se traspasa el fluido que ya falta desde el sistema circulatorio al sistema gastrointestinal y así se aumenta todavía más la deshidratación. Sólo se puede proporcionar electrolitos después de que haya bebido el animal o haya recibido fluidos por vía intravenosa.

Algunos dan electrolitos al caballo que está ligeramente deshidratado, pues hay cierta esperanza de que le entre sed y que con suerte beba. Por supuesto, el jinete asegura siempre que el caballo tenga acceso al agua, así que el caballo puede beber si quiere, pero existe un riesgo real de que el caballo no quiera beber aunque lo necesite su cuerpo y puedan surgir de esta manera problemas muy serios.

Otra opción para asegurar que el caballo reciba suficiente agua es mojar su heno y pienso o proporcionarle ensilado equino. El ensilado equino, que por cierto tiene un PH diferente que el que se utiliza con vacas, contiene un 50% de agua, así que 6 Kg. de fibra proporcionan bastante liquido a la dieta del caballo. Las zanahorias también son una fuente de líquido, así que si el caballo las come bien, se pueden añadir a su pienso normal.

Una investigación hecha por la Universidad de Michigan demostró que es preferible proporcionar al caballo agua con un suplemento de electrolitos. En estudios hechos durante los primeros minutos de carreras de 18 millas y 28 millas, se dejó a los caballos elegir entre agua normal y agua con electrolitos. Los caballos que tomaron la mezcla de electrolitos, se recuperaron más rápidamente porque tomaron más agua a lo largo de la carrera. Se estima que cuando los caballos consumieron los electrolitos, la concentración de sodio en la sangre no cambió (pues las sales perdidas se iban reponiendo) y el caballo tenía más sed.

Los caballos que bebieron agua normal dejaron de beber antes y no bebieron tanta cantidad. El agua que consumieron diluyó el sodio en la sangre y apagó el reflejo de tener sed antes de tiempo.

Así que, el procedimiento para prevenir la deshidratación está claro. Hay que asegurar que el caballo bebe y proporcionar un electrolito con sodio, cloro y potasio y en cantidades menores, calcio y magnesio. Luego hay que acompañar con un suplemento correcto, con el manejo adecuado de dieta y enfriar el caballo con duchas y esponjas de agua. Si se previene la deshidratación, se puede asegurar el mejor rendimiento en verano.

Autor: Coby Bolger

Fuente: Haematological and Serum Electrolyte Variations in Andalusian Stallions – Florencia Arrambide – 1998
Equinews – Kentucky Equine Research – volume 7. Imagen: thehorse.com