El carácter de un caballo es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de trabajar con él. Al igual que las personas, hay caballos más tranquilos y caballos más nerviosos o activos y el motivo no está relacionado con nada en particular, simplemente es la condición del ejemplar en cuestión (aunque la raza, el sexo y la edad pueden estar relacionados).

Un animal con una personalidad más inquieta no es algo negativo ni positivo, pero determinará en qué disciplina podrá despuntar y cuál debemos descartar.

Es muy importante que diferenciemos cuando un caballo es nervioso a cuando lo está puntualmente debido a una situación externa (épocas de concurso, transporte recurrente, cambio de hábitat…)

No obstante, si su comportamiento está afectando a su salud o altera al resto de la manada hay algunas claves con respecto a la alimentación que puedes tener en cuenta:

Evita dietas altas en cereales y piensos con alto nivel de almidón y azúcares. Piensos con niveles altos en almidón excitan y calientan al caballo.

El nivel de proteína diaria debe estar acorde al estado fisiologico del animal (en potros lleva hasta un 18% ,en yeguas gestantes y lactantes hasta un 16%… etc.) y con la actividad que desarrolle.

También será importante que consuma mayores niveles de magnesio (o bien en el pienso o con suplementos), ya que se ha demostrado que este nutriente ayuda a mantener equilibrado el sistema nervioso del equino.

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